No te ha pasado que a pesar de estar sirviendo al Señor con pureza de corazón, con todas tus fuerzas y en la presencia de Dios, tienes un sentimiento de no sentirte satisfecho?
No es porque no oras, no es porque no adoradoras sino simplemente que aunque cantes la última canción que salió de tu salmista favorito, o hagas lo que hagas...